Este es el ciprés famoso de Burgos del que nos habló Patricia
Es tan famoso que le han escrito hasta poemas.
Este soneto inmortal que hoy os propongo leer nació el 4 de julio de 1924, cuando el escritor cántabro Gerardo Diego (Santander, 1896 – Madrid, 1987) llegó al monasterio de Santo Domingo de Silos para pasar una noche en la hospedería monacal. Al despedirse de los monjes dejó escrito en el libro de visitas, como original dedicatoria, el famoso poema que esa misma noche había compuesto en su celda.
Sin embargo, muy pocos saben que, en la época en que se compuso el famoso soneto, el ciprés tenía tres hermanos olvidados, plantados uno en cada esquina del claustro. Pronto los cipreses más pequeños desaparecieron. Sólo ha sobrevivido el situado en la zona con más luz, de una belleza única.
Disfruta con su lectura
Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.
Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.